miércoles, 18 de mayo de 2011

JUANA VÁZQUEZ: Presentación del libro "El Madrid cotidiano del siglo XVIII".








Juana Vázquez

Presentación del libro
El Madrid cotidiano del siglo XVIII
Ed. Endymión. Madrid, 2011

Con la intervención de
Carlos Berzosa,
Rector de la Universidad
Complutense de Madrid
y
Soledad Puértolas,
escritora y académica de la RAE

Biblioteca Histórica de
la Universidad Complutense de Madrid

Lunes 16 de mayo de 2011
19 horas




      El siglo XVIII español y, concretamente, el que transcurre en Madrid es fenómeno desconocido y lleno de tópicos más antiguos que el mundo dieciochesco. Menos mal que para aclararnos la perspectiva histórica contamos con el libro El Madrid cotidiano del siglo XVIII, de Juana Vázquez, y cuya valía fue certificada por dos egregias personalidades de aquella época.













    Pero vayamos por partes. Abre el acto Carlos Berzosa que, tras despedirse de su cargo -últimamente bastante cargante- de Rector de la Universidad Complutense de Madrid, destaca lo grato que le ha resultado informarse de aquella  vida madrileña sin tener que soportar la hojarasca de las notas a pie de página. Y recomienda a la asistencia su grata y amena lectura. Erudición divertida.

   Soledad Puértolas resalta determinados aspectos y capítulos del libro: Los petimetres y la petimetras, exquisitos de aquel siglo y con muchas horas de tocador; las deliciosas descripciones del cortejo; la intensa vida social de los pudientes, llena de color, encuentros secretos y no tanto, fiestas y plena exhibición más allá del negro y el recato de la época de los Austrias.






  También incide Soledad Puértolas en el consumo de productos no-nacionales, el afrancesamiento de un país, una ciudad, que no termina de despegar económicamente, pues el pueblo sigue en mal estado: una sociedad que continúa escindida. Por último, señala el fenómeno del majismo o aplebeyamiento de los altos estamentos y el importante papel que la mujer ocupa en las actividades sociales, aunque sean fundamentalmente festivas.














   Y entra en locución Juana Vázquez, distendida y amena como es su costumbre. Nos cuenta que todo proviene de una prolija tesis doctoral, con la que se ha encarado los últimos años y le ha dado forma ligera, actual y sin notas a pie de página. En su investigación, el ochenta por ciento de la información española procedía de Madrid y por eso Madrid en el siglo XVIII.










   Juana Vázquez insiste en que la modernidad y el estrés que produce el exceso de actividad social ya se encuentran en aquel Madrid. Señala la ruta: El gran tablón de anuncios o mentidero de la villa estaba en la escalinata de la iglesia de San Felipe el Real, en la Puerta del Sol. El que por allí no pasara perdía toda información sobre lo divino y humano de la villa y corte. El gran mercado de la Plaza Mayor, con alimentos nunca vistos. El ocio casticista que se observa en los barrios del extrarradio: Avapiés, Barquillo, Maravillas, lugares imprescindibles para que ricos y pobres bailaran al son de seguidillas, boleros o fandangos. Paseos obligados para ver y ser visto: Paseo del Prado, Paseo de las Delicias, Puerta de Toledo. Y tertulias, comidas, cafés, toros, teatros, ópera. Todo ello para petimetres y petimetras, afrancesados, castizos, etc.

   Una ciudad que tan exactamente retrató Francisco de Goya. Una ciudad que Juana Vázquez nos la va enseñando, según la vida del pueblo, según la vida de los adinerados; un Madrid de puertas para dentro, de puertas para fuera; una ciudad en la que la mujer sale por fin del encierro del estrado y por la que transita con cierta libertad; una lugar para las muchas fiestas religiosas y paganas que, según la autora, en poco se diferenciaban; un momento para que el código de los lunares expresara muchas ideas y deseos.





















   Entre los ilustres asistentes al acto de presentación del libro, contamos con César Antonio Molina, Mercedes Monmay, Julio Santiago y Amaya, Marí Fe Santiago, Ana Mª Cuervo de los Santos, Mayte Pañeda y un distinguido elenco de personalidades, que no detallamos dado lo prolijo de la enumeración.












   El Madrid cotidiano del siglo XVIII es libro que continúa la labor erudita y divertidamente divulgativa que emprendió Carmen Martín Gaite con Usos amorosos del siglo XVIII en España. Y prueba de ello es que Madrid, como capital europea del jolgorio, no se entiende sin el siglo XVIII. Y por eso, para ratificar el hecho, viajaron desde ese siglo dos seres pelucones y alunarados, Don Julio y Doña Amaya, que dieron el visto bueno a Juan Vázquez y su libro.  En las fotos se constanta dicha presencia.










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de aquella época.

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