jueves, 30 de junio de 2011

Escritos sobre fotografía. "Ellas se fotografía solas" (2).

ESCRITOS SOBRE FOTOGRAFÍA

Ellas se fotografían solas

Segunda y Última Parte
De la intimidad pública
y
otras cuestiones










   En la Gran Biblioteca o en el Gran Espejo= Internet, concretamente en la página de preguntas-respuestas de Yahoo,  unos cuantos avatares discuten sobre ¿Qué pasa con esas mujeres que se la pasan tomándose autofotos? El avatar femenino que lanza esta pregunta también añade otra, como qué significado tiene el que algunas mujeres se hagan continuamente fotos y las publique, cada cinco minutos en el perfil del msn.

   Las respuestas tiene un carácter negativo. He aquí una breve muestra:
         -Son inseguras y ridículas… Son niñas tan inseguras, que necesitan la aprobación de alguien…
         -¿Fotogénicas? Conozco algunas que son capaces de estar tres horas sacándose fotos sin parar para luego mandar tres fotos y luego decirte que salieron mal… Lo que hay es mucha niña que se aburre... A mí la mayoría me parecen unos engendros en general, pero las ves diciendo que son guapas y las mejores.
         -Les gusta sentirse superiores y lindas, como si todo girara alrededor de ellas; después cuando les rebotan, se les va toda su confianza y rompen a llorar.
         -Pareciera que necesitan la aprobación de los demás para sentirse bien.













   En una página web, de claro y comercial sentido sexual, hay una voz erudita que nos informa: Una autofoto es una fotografía hecha a uno mismo, ya sea solo o en grupo. Este término se popularizó con el uso de los fotologs, y ahora es muy común ver a un montón de chicas muy guapas haciendo autofotos en los baños, camas y autos.










   ¿Verdad? No creo. Parecen más bien opiniones de sicología patatera. Y, por otro lado, hay mucha autofoto y poca reflexión, si exceptuamos el acercamiento que hizo al fenómeno María Llopis, ideóloga del  postporno, que en 2010 utilizó algunas autofotos en el marco del proyecto pornoterrorista  Perras Horizontales, dentro del cual destaca el original buen hacer de Diana J. Torres.











   Tras un profundo rastreo, puede decirse que el escaparate porno muestra mayoritariamente autobras de jóvenes divas, mientras que son poco abundantes las de los hombres. Y existen claras diferencias. La mujer domina, en general, mejor la nueva estética. Presenta mayor variedad de planos, poses y gestos. Las autofotos masculinas, ya sean gay, hetero, metrosexuales o ecosexuales, se centran mayoritariamente en el torso, si este se encuentra debidamente musculado, en el falo y poco más. Como prueba, pueden comprobarlo en algunas autofotos masculinas que les presentamos.








   Se observa que la identidad del yo y su imagen la controla mejor la mujer. La mujer domina el espejo. La mujer conoce mejor su cuerpo. La mujer, por fin, se ha liberado de los intérpretes masculinos, llámense fotógrafo, estilista, diseñador o modista de turno. La mujer marca su rumbo.

   En el porno, tal vez sea esta la primera vez que lo que pone cachondo a un hombre no sea la reinterpretación de la mujer por otro hombre. Ahora ellos se pueden masturbar con una versión femenina de los hechos. A este respecto, ¿quiénes consultan las secciones de “autofotos de chicas”? ¿Sólo mayoritariamente hombres? Lo dudo, aunque carezco de base para afirmarlo con rotundidad.










   Otra cuestión. ¿Es lo mismo la mujer que se retrata con una webcam que la que se hace una foto a solas?  Está claro que no. El discurso porno de la webcam implica, por mucho sexo frío y ausencia en el espacio del ser masculino, mayoritariamente, la presencia del otro. Al otro no se le ve, pero la chica detrás de la cámara escucha lo que dice o lee lo que escribe. El otro u otra es su público y ella actúa siguiendo la ley de la representación para el espectador/a. Se produce, por tanto, la interactividad, la retroalimentación. Yo te excito y tú me dices lo que más te gusta.

   Sin embargo, en la autofoto -si es auténtica autofoto-, ella es su único público. Ella es la modelo y la fotógrafa. Ella es el principio y el fin. Ella es su propia excitación. Ella es doble y única a la vez, aunque la foto la haga pensando en el amigo/a, imaginando que la podrán ver miles de personas. Curiosa paradoja, que nos lleva a pensar en la Nueva Alicia a través del espejo. Como si en su doble o imagen autocaptada, ella-ellas hubieran descubierto otro cuerpo.

   Aunque esto no evita que, reunidas las amigas en conciliábulo fiestero, estas decidan hacerse en pareja o grupo unas autofotos grupales. Con lo cual la imagen duplicada puede a su vez multiplicarse, como los espejos enfrentados que nos ofrecen una sensación de infinito.

   Los blogs de moda -tan practicados por nuestras jóvenes- son visitados por amigas, desconocidas, enemigas, etc. En dichos blogs, es usual que diseñadora y modelo coinciden en la misma persona: ella por ella y para ella. Por tanto, puede apuntarse que las autofotos de mujeres y dichos blogs de moda nacen del mismo tronco.








   Está claro que las autofotos de chicas manifiesta el nuevo fenómeno de la afirmación femenina a través del cuerpo. Y aportan como novedad una concepción propia y no masculina del asunto. Aunque, como decía un personaje de la película Ofeo, de Jean Cocteau, el que se mira con atención en el espejo ve trabajar a la Muerte.





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